Los perros protegen a sus dueños debido a los resultados compuestos de entrenamiento e instinto. Los perros son, por instinto, animales de manada que prosperan en una jerarquía social. El dueño del perro es el líder de la manada, y cualquier amenaza percibida o real para el dueño se aborda a través de comportamientos de protección por parte del perro.
Como animales de la manada, los perros suelen asignar un estado más alto o más bajo a otros en su manada, incluido el propietario. Un perro bien entrenado es sumiso al dueño y está listo para defender al líder de la manada en presencia de amenazas reales o percibidas. Además, dado que el dueño es visto como el proveedor de comida, agua, refugio y atención para el perro, lo mejor para el perro es actuar en defensa de su sustento.
Aunque los comportamientos de protección varían entre las razas de perros, pueden incluir ladridos, aullidos, gruñidos, embestidas, chasquidos y, finalmente, mordeduras. Los perros suelen demostrar diferentes combinaciones de posturas corporales y vocalizaciones para comunicar las advertencias de ataque a los posibles retadores. Una excepción importante aquí es el chow chow, una raza de perros que puede dar poca o ninguna indicación de agresión antes de morder.
La introducción temprana del perro al entrenamiento y la socialización con humanos y otros animales puede ayudar a prevenir la frecuencia y la aparición de conductas protectoras no deseadas.