El gruñido en un gato es un signo serio de agresión vocal. Los gatos gruñen porque están enojados, molestos, asustados o exhiben dominio sobre otro gato, según la Humane Society de los Estados Unidos. El gruñido puede ir acompañado de silbidos o escupidas. Intentar interactuar con un gato de este mal humor no es una buena idea.
Los conflictos que surgen entre los felinos que comparten una casa pueden hacer que un gato gruñe amenazadoramente a otro gato. Un gato que desea mostrar dominio sobre un felino rival usa esta forma de vocalización como una forma de intimidación. Los gatos también pueden gruñir a otras mascotas y personas.
Los gatos asertivos son más propensos a iniciar conflictos con otros gatos, según el Departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Ohio. Además del gruñido, usan el lenguaje corporal para mantener a los otros gatos bajo control. Los gatos dominantes demuestran su superioridad al morder, aplastar, marcar el territorio o luchar con rivales.
Los conflictos de gatos surgen de disputas territoriales donde un gato ve a otro como un intruso en su espacio. El dueño de la mascota puede monitorear estas interacciones y tomar medidas para aliviar las tensiones. About.com Cats sugiere que darles a los gatos casas, juguetes y cajas de arena adicionales para gatos es una forma de resolver conflictos. Los gatos que muestran un comportamiento de acoso no deben ser recompensados. En cambio, un gato agresivo puede calmarse cuando el dueño lo atrae a otra área y usa un juguete interactivo como distracción. Una vez que el gato está relajado, se le puede permitir interactuar con otros gatos de manera controlada.