Los perros lloran por varias razones que incluyen ansiedad y hambre. Los perros no derraman lágrimas como los humanos cuando están molestos o agitados. Expresan sus emociones a través de gemidos y gemidos agudos que a menudo se acompañan de temblores.
Los perros también se quejan y lloran cuando interactúan con personas nuevas o con animales desconocidos, ya que su ansiedad los lleva a adoptar una postura sumisa. En situaciones de estrés, el gemido de un perro se considera una respuesta involuntaria. Los perros también lloriquean y lloran cuando tienen dolor o se enferman, por lo que es importante que los dueños de perros lleven a sus mascotas al veterinario si el lloriqueo comienza repentinamente y ocurre durante un período prolongado.
Un comportamiento común para los perros es lloriquear cuando están tratando de apaciguar a sus dueños, generalmente siguiendo un regaño o un castigo. Los comportamientos de apaciguamiento incluyen arroparse la cola, rodar sobre la espalda y evitar el contacto visual. Dado que los perros no derraman lágrimas acuosas cuando expresan emociones, una descarga acuosa que emite de los ojos de un perro generalmente apunta a conductos lagrimales tapados. Esta condición se conoce como epífora y puede provocar irritación de la piel, así como parches de color marrón rojizo alrededor de los ojos.