El gas argón se utiliza en bombillas fluorescentes e incandescentes para evitar que el oxígeno de las bombillas corroa el filamento de tungsteno caliente. El uso de argón en las bombillas evita la evaporación de los filamentos de tungsteno lo que resulta en una mayor vida útil de la bombilla.
El argón también se usa para crear una atmósfera inerte para el crecimiento de cristales de semiconductores, soldadura por arco y para procesos que necesitan protección contra otros tipos de gases atmosféricos. El argón fue descubierto originalmente en 1894 por un químico inglés llamado Lord Rayleigh y un químico escocés llamado Sir William Ramsay. El argón es un gas no metálico a temperatura ambiente y se le asigna el número 18 en la tabla de elementos de período.