La pobreza se deriva de muchos factores, entre ellos, la falta de empleos para los trabajadores, las condiciones de salud, el acceso inadecuado a las escuelas y las instalaciones de capacitación y la corrupción gubernamental. La pobreza afecta a millones de personas en todo el mundo, incluidas las familias y las personas en el Estados Unidos. Existe en países ricos y pobres por igual, y afecta a los ciudadanos directa o indirectamente.
Parte de la pobreza se debe a problemas a corto plazo, como los desastres naturales. Sin embargo, los problemas intratables, como la explotación de poblaciones a través de políticas gubernamentales y las grandes empresas, generalmente generan pobreza. Los economistas utilizan la desigualdad para medir la cantidad de pobreza en todo el mundo. La desigualdad se refiere a la falta de acceso para los residentes de bajos ingresos a recursos tales como programas de educación, salud y asistencia financiera. La falta de acceso a recursos vitales deja a los segmentos pobres de la sociedad menos oportunidades para adquirir conocimientos, habilidades e información necesarios para asegurar empleos e ingresos.
El desempleo crónico plaga a los ciudadanos empobrecidos y amplía la brecha de ingresos entre los ricos y los pobres. Los ciudadanos pobres ven menos representación y asistencia del gobierno, lo que a su vez reduce la posibilidad de un cambio positivo.
La desigualdad perpetua conduce a otras condiciones, como la enfermedad generalizada y la desnutrición en las comunidades pobres. Además, los expertos relacionan las tasas de pobreza más altas con aumentos en la conducta indebida social, como el crimen, el uso de drogas y la violencia. Algunos gobiernos impiden la movilidad social y conservan la riqueza en manos de unos pocos de élite, mientras que otros carecen de recursos para satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos.