Los jaguares están en peligro de extinción debido a la destrucción del hábitat, la caza y la persecución por parte de los ganaderos. Solo están en peligro en ciertas partes de su área de distribución, como los Estados Unidos, México y El Salvador. Tienen algunas poblaciones estables, pero el desarrollo humano los amenaza en todas partes.
Los jaguares prefieren los bosques húmedos tropicales de tierras bajas, pero también se encuentran en pantanos, matorrales y otros entornos. Son miembros clave de sus ecosistemas y son grandes depredadores en todo su hábitat. Están muy extendidos, pero solo ocupan el 46 por ciento de su rango histórico a partir de 2014. Sus únicos depredadores importantes son los humanos, aunque los jaguares jóvenes son vulnerables a otros depredadores y dependen totalmente de la protección de sus madres.