El American Journal of Forensic Medical Pathology informa que el 80.2 por ciento de los expertos en medicina forense creen que la presión manual en el cuello puede causar la muerte debido a un paro cardíaco. Sin embargo, una revisión de 2011 en Forensic Science International concluye que la presión traumática en el seno carotídeo no es suficiente para causar la muerte.
La autoestrangulación manual no puede causar la muerte debido a hipoxia o falta de oxígeno, ya que la víctima se desmaya y libera la presión antes de que ocurra la muerte hipóxica. Sin embargo, según una historia transmitida por NPR en 2012, se sabe que alrededor de 82 adolescentes murieron accidentalmente por estrangulación mientras jugaban el llamado "juego de asfixia" durante un período de 12 años. Todas estas muertes involucraron la aplicación de una ligadura, como un cinturón, una bufanda o una cuerda, que presumiblemente no se soltaron según lo previsto después de que la víctima quedó inconsciente.