El polipropileno se produce a partir de propeno líquido o gaseoso, que se deriva de gasóleo, nafta, etano y propano. El proceso de creación de polipropileno a partir de propeno se conoce como polimerización.
La polimerización utiliza catalizadores Ziegler-Natta para crear cadenas moleculares estables. Esto es posible debido a la naturaleza asimétrica de la molécula de propeno. Después de la polimerización, el catalizador permanece y debe eliminarse antes de poder utilizar el polipropileno. El producto final tiene una gama de atributos positivos desde la reciclabilidad hasta la resistencia al calor. Por lo tanto, el polipropileno es un polímero versátil y se utiliza en una gama de productos que incluyen ropa, alfombras, parachoques y tuberías. Más de 52 millones de toneladas de polipropileno se fabricaron en todo el mundo en 2011.