Muchos aceites para lámparas hoy en día están compuestos por materiales conocidos como parafina o queroseno. Las grasas animales ya no se utilizan como combustibles. Sin embargo, debido a que los aceites para lámparas fabricados por diferentes fabricantes tienden a tener mezclas de productos químicos ligeramente diferentes, es imposible describirlos con una sola fórmula química.
Aunque las grasas de ballena y las grasas animales procesadas fueron una vez la norma en los aceites de lámparas fabricados, los cambios en la ley durante los últimos cien años han requerido que las empresas exploren otras fuentes de aceites no relacionadas con los animales. Hoy en día, el queroseno y la parrafina, que se fabrican mezclando varios hidrocarburos de cadena larga, dominan la industria debido a su bajo costo de fabricación, limpieza de quemaduras y mínimos efectos adversos para los consumidores.