Hay un total de ocho grupos sanguíneos en humanos, determinados por la presencia o ausencia de antígenos y anticuerpos. Los grupos son de tipo O positivo y negativo, de tipo A positivo y negativo, de tipo B positivo y negativo, y tipo AB positivo y negativo.
La clasificación primaria de los grupos sanguíneos depende de la presencia de antígenos de tipo A y B. La sangre tipo O no tiene ninguno, la sangre tipo A y B contienen solo esos antígenos específicos, y la sangre tipo AB contiene ambos. Además, un tercer antígeno, el factor Rh, determina si la sangre se considera positiva o negativa. Además de los antígenos presentes en los glóbulos rojos, cada tipo de sangre tiene anticuerpos en el plasma que funcionan contra los antígenos que no están presentes. La sangre tipo A tiene anticuerpos anti-B y viceversa.
La presencia de estos antígenos y anticuerpos determina qué tipo de sangre puede administrarse a cualquier receptor. Si a un paciente se le administra sangre con antígenos para los cuales tiene anticuerpos, puede ocurrir una reacción que ponga en peligro la vida. Por esta razón, O se considera el tipo de donante universal, ya que no contiene antígenos. Sin embargo, solo se puede administrar sangre de tipo O a los pacientes del grupo sanguíneo O, ya que la sangre O contiene anticuerpos tanto anti-A como anti-B.