Se debe mantener y mantener un horno al menos una vez al año, preferiblemente antes de que llegue el clima frío. Esto asegura que el horno esté funcionando durante las partes más frías del año y también ayuda a prolongar la vida útil del sistema.
El mantenimiento regular del horno también ayuda a los hogares a ahorrar energía, lo que reduce los costos asociados con el funcionamiento del horno. El mantenimiento regular puede revelar situaciones potencialmente peligrosas antes de que se conviertan en un riesgo para la salud, como identificar una fuga de monóxido de carbono. El mantenimiento del horno generalmente incluye otros servicios, como lubricar partes móviles, inspeccionar los componentes eléctricos para evitar fallas y limpiarlos, lo que prolonga la vida útil del horno y garantiza un funcionamiento adecuado.