Al igual que otros miembros del orden Decapoda, los cangrejos ermitaños tienen un total de 10 patas. Estos incluyen los chelipeds o garras delanteras, que se utilizan para agarrar y pellizcar. El más grande de los dos chelipeds está diseñado para la autodefensa y para cerrar de manera protectora la abertura de la cáscara del cangrejo.
La garra delantera más pequeña del cangrejo ermitaño se utiliza para alimentar y recoger agua. El quinto par de patas ayuda a arreglar las agallas y eliminar los desechos de la concha, mientras que los otros pares están reservados para el movimiento. El abdomen largo y enrollado del cangrejo ermitaño es extremadamente vulnerable, y el cangrejo lo protege al vivir en una concha vacía u otro objeto adecuado.