El número de manzanas producidas por los manzanos varía según la especie: las variedades pequeñas, como la manzana enana, pueden producir de 3 a 6 bushels de fruta, mientras que las variedades más grandes pueden producir de 6 a 10 bushels en un cultivo temporada. La calidad del cuidado de los árboles y las condiciones ambientales pueden influir significativamente en la producción de manzanas. Las temperaturas extremas y la infestación pueden retrasar o impedir la producción de fruta, y la disponibilidad de agua, luz solar y nutrientes también afecta el rendimiento.
Los manzanos son más adecuados para el crecimiento en climas templados, aunque son relativamente resistentes y pueden soportar fluctuaciones a corto plazo en la temperatura y otras condiciones ambientales adversas, como sequías e incluso pequeñas inundaciones. Los manzanos, al igual que otros árboles que dan frutos, concentrarán su energía en mantenerse vivos cuando los tiempos son difíciles. En consecuencia, cesarán la producción de fruta ante las dificultades ambientales, que afectan el volumen producido en la temporada. En general, las especies más grandes (semidwarfs) producen los frutos más grandes y los volúmenes más altos de productos. Muchas especies cultivadas para la producción comercial son de las variedades más grandes: estos árboles producen hasta 10 fanegas de manzanas en una temporada determinada. Un bushel pesa aproximadamente 42 libras y puede contener docenas de manzanas, dependiendo del tamaño de las frutas.