Es incierto cuándo fue el primer uso exacto del boogeyman. Algunas fuentes lo datan desde el siglo XVI, mientras que otras fuentes indican que se usó por primera vez como un término para el demonio. 1836.
La etimología de la palabra "boogeyman" es del inglés medio. Significa espectro espantoso. Esto se presta a ser una criatura parecida a un fantasma. Sin embargo, el boogeyman rara vez recibe una descripción firme, ya que se usa con más frecuencia como un término vago que toma la forma de lo que más le teme a un niño. Esto permite que los padres utilicen el boogeyman como una herramienta para frenar la mala conducta de sus hijos utilizando el miedo como un factor motivador.