La leucemia, el linfoma y el mieloma son los diferentes tipos de cánceres de la sangre, explica la Sociedad Americana de Hematología. La mayoría de estos cánceres comienzan en la médula ósea donde se genera la sangre. Con frecuencia, un crecimiento descontrolado de un tipo anormal de células sanguíneas detiene el proceso normal de desarrollo de las células sanguíneas. Estas células evitan el funcionamiento normal de la sangre, incluida la prevención de infecciones y la detención de la pérdida grave de sangre.
El crecimiento acelerado de glóbulos blancos anormales produce leucemia, una forma de cáncer que se encuentra en la sangre y la médula ósea, según la Sociedad Americana de Hematología. Las células cancerosas no pueden detener las infecciones, lo que deshabilita la capacidad de producir glóbulos rojos y plaquetas. La leucemia aguda requiere tratamiento inmediato, mientras que la leucemia crónica se desarrolla más lentamente.
Hay cuatro clasificaciones de la leucemia: leucemia linfocítica aguda, que es la más común en la infancia; leucemia mielógena aguda, que es la forma más frecuente de leucemia en adultos; leucemia linfocítica crónica; y leucemia mielógena crónica, menciones de la Sociedad Americana de Hematología.
El linfoma se desarrolla en el sistema linfático, y los dos tipos principales son el linfoma de Hodgkin y el de no Hodgkin, según describe la Leukemia and Lymphoma Society. El linfoma de Hodgkin es una de las formas más curables de cáncer. Comienza cuando se produce una anomalía en los glóbulos blancos, convirtiéndolo en una célula de linfoma.