La criptografía es valiosa para proteger datos confidenciales en línea, especialmente en un mundo en el que un número creciente de sistemas están conectados y son vulnerables a ataques externos. También es una herramienta valiosa para la autenticación, que permite al usuario verificar su identidad y sus declaraciones mediante un sistema de cifrado de clave pública.
La principal ventaja de la criptografía es como herramienta de seguridad. Cualquier sistema conectado a Internet está destinado a ser atacado por piratas informáticos, y puede ser extremadamente difícil crear un sistema que sea inexpugnable para personas externas. Sin embargo, las fórmulas matemáticas involucradas en el cifrado son lo suficientemente complejas como para que, incluso si un pirata informático logra robar un archivo cifrado, nunca podrá romper el código y acceder a los contenidos. El cifrado fuerte puede ser la última línea de defensa contra personas externas y puede proteger los datos incluso cuando se transfiere a través de una conexión que no es segura.
Las claves públicas y privadas asociadas con la criptografía de clave pública también ofrecen algunas ventajas únicas para sus usuarios. Si un usuario cifra datos con su clave privada, cualquiera puede descifrarlos con su clave pública, verificando que él y solo él pudo haber enviado la transmisión. Una clave pública también puede codificar datos que solo ese usuario específico puede decodificar, creando comunicaciones seguras de una sola vía en Internet.