Entre las técnicas literarias que utiliza Sandra Cisneros en su cuento "Once" se encuentran el punto de vista, el tono, los símiles, la repetición, el flujo de conciencia y el diálogo en primera persona. Cisneros usa estas técnicas para ayudar el lector se identifica mejor con el personaje principal y, por lo tanto, entiende la historia con mayor claridad.
La historia es contada desde un punto de vista en primera persona por el personaje principal, Rachel, que cumple 11 años. Ella le dice al lector sus sentimientos a lo largo de toda la narrativa, por lo que el lector conoce la historia desde su perspectiva. Cisneros también emplea un flujo de conciencia en la narrativa, ya que Rachel se desvía de contar la historia a veces para pensar en lo que está pasando en casa porque hoy es su cumpleaños. El lector consigue entrar en su mente a través de esta técnica. La elección de las palabras y la dicción son las de un niño. El uso del diálogo hace que la historia parezca más personal, ya que el lector escucha las palabras del maestro al mismo tiempo que el personaje. Cisneros usa la repetición en la historia, contando los años tres veces por separado, enfatizando la juventud del personaje principal. El autor usa varios símiles, como "la forma en que envejeces es una especie de cebolla o como los anillos dentro de un tronco de árbol" y "once años sonando como monedas en una caja de latas de curita". Ella también usa la hipérbole, diciendo que el suéter tiene "quizás mil años". Estos ejemplos, junto con el lenguaje figurativo utilizado para describir el llanto de Rachel, ayudan al lector a relacionarse con Rachel.