Los seres vivos difieren de los no vivos porque están hechos de células y contienen ADN, transforman y metabolizan la energía y se reproducen. También crecen y se desarrollan, responden y reaccionan a influencias internas y externas y puede evolucionar y adaptarse.
Cualquier cosa en este mundo es viviente o no viviente. Todos los seres vivos, desde organismos unicelulares simples como la ameba hasta organismos multicelulares como los humanos, están compuestos por una o más células y contienen un código genético en forma de ADN. Dado que las formas de vida requieren energía para mantenerse, tienen procesos metabólicos para transformar, almacenar o liberar energía y sintetizar nutrientes. Por ejemplo, los humanos inhalan oxígeno durante la respiración para liberar energía de los alimentos consumidos. Las plantas absorben la energía de la luz para fabricar nutrientes durante la fotosíntesis.
Los seres vivos crecen y maduran durante su círculo de vida. Sus células aumentan en número o crecen en tamaño y se diferencian en grupos especializados. Los seres vivos tienen variedad de métodos para reproducirse. Con el tiempo, todos los seres vivos mueren y se transforman en otros tipos de energía. También responden a diferentes estímulos internos y externos.
Movimiento y excreción son dos similitudes entre los seres vivos y algunos no vivos. Por ejemplo, un automóvil puede moverse, descomponer combustible y liberar dióxido de carbono.