Dado que el carbón generalmente se quema para generar electricidad para los hogares, se puede conservar utilizando bombillas de bajo consumo para la iluminación y conservando la energía consumida por los calentadores y los acondicionadores de aire. De manera similar, las paredes y los cables aislantes ahorran energía y, en consecuencia, conservan la cantidad de carbón utilizado.
Los depósitos de carbón en el mundo se están agotando rápidamente. Sin un manejo adecuado de esta importante fuente, a partir de 2014, los pocos depósitos restantes podrían agotarse en los próximos años. Además, la quema de carbón se encuentra entre las principales contaminaciones que llevan al calentamiento global. Se pueden adoptar fuentes alternativas de energía, como la energía eólica y solar, para ayudar a contrarrestar esta contaminación que quema carbón.