El envío de correos electrónicos mal escritos, el uso de habilidades de lenguaje incorrectas y la presentación de información innecesaria para una situación particular son ejemplos de habilidades de comunicación deficientes. Además, no separar un problema o comportamiento de la persona involucrada es un ejemplo de mala comunicación.
Un ejemplo de comunicación deficiente en un entorno de trabajo es enviar un correo electrónico que resulta en la transferencia de información poco clara debido a una escritura deficiente. Además, no proporcionar la información adecuada puede resultar en la falta de dirección necesaria para que un empleado complete su trabajo correctamente. La mala comunicación puede implicar dar un excedente de información sin importancia que oculte el mensaje que un empleado debe recibir.
Hablar demasiado rápido o despacio, o usar palabras que son específicas de la cultura o demasiado complejas para que otros las entiendan son ejemplos de comunicación deficiente. Por ejemplo, una presentación puede no tener éxito si la audiencia pierde interés porque el presentador usa términos que la audiencia no entiende.
Un ejemplo de comunicación deficiente se produce cuando un comunicador ineficaz es emocionalmente difícil para una persona y no aborda el problema o el comportamiento relacionado con la situación de la comunicación. Los comunicadores efectivos saben cómo separar a la persona del problema, no haciendo que la situación sea personal, sino más bien siendo duro con el tema involucrado.