Los síntomas ocasionales después del consumo de productos lácteos generalmente no son indicativos de intolerancia a la lactosa, señala WebMD. Sin embargo, experimentar síntomas cada vez después de comer productos lácteos, incluida la leche y el helado, puede indicar la presencia de la enfermedad.
Aunque la intolerancia a la lactosa ocurre en niños y bebés, el inicio de los síntomas generalmente no se ve hasta la adolescencia o la edad adulta, informa WebMD. La condición a veces es de por vida, aunque los síntomas de intolerancia a la lactosa adquiridos a menudo mejoran cuando el intestino delgado reanuda la producción de lactasa. Aunque la condición rara vez se observa en los bebés, sus síntomas incluyen aumento lento de peso, irritabilidad, debilidad, deshidratación, vómitos, erupción del pañal y diarrea.
Las alergias a la leche y la intolerancia a la lactosa son dos condiciones diferentes, según WebMD. Las personas con alergia experimentan síntomas similares a las personas con intolerancia a la lactosa, pero los síntomas suelen ser más pronunciados y graves.