El arte islámico es un reflejo de cómo los musulmanes ven el mundo espiritual y el universo como un todo. El enfoque del arte islámico es la representación espiritual de los objetos y seres vivos, en lugar de su forma física.
Para los musulmanes, la realidad, así como el arte, se centran alrededor de Allah. Los artistas y su público usan el arte como un vehículo para acercarse a Allah. La belleza, representada por el arte, es una de las cualidades de lo divino.
Común a todo el arte islámico es el uso de patrones geométricos. La geometría es vista como espiritual porque el uso de patrones transmite la naturaleza infinita de Allah y el universo; por ejemplo, el diseño geométrico complejo da la impresión de infinito. Los círculos, vistos como sin principio ni fin, se usan como un recordatorio de que Alá es infinito.
Debido a que el Islam es parte integral de cada parte de la vida, el arte islámico se integra en los objetos cotidianos. Hace que estos objetos sean hermosos y le recuerda al espectador la importancia del Islam al incorporar el arte religioso en los objetos que se ven en la vida diaria. La ornamentación de estos elementos cotidianos con un patrón aparentemente infinito ayuda a disolver el objeto individual en el todo infinito y enfatiza la importancia del pequeño individuo dentro de él.