Algunos ejemplos de líquidos altamente viscosos son los aceites, la miel, la glicerina, el alquitrán y el ácido sulfúrico. La viscosidad es la capacidad de las sustancias, especialmente los líquidos, para resistir el flujo. También se puede referir como la medida de la capacidad de un líquido para resistir la deformación por tensión extensional.
La comprensión general de la viscosidad es que se refiere al grosor o delgadez de un fluido. La viscosidad está determinada por la fricción entre las partículas de un fluido. La forma y el tamaño de estas partículas influirán en el nivel de viscosidad en el fluido. Hay otros fluidos que no tienen ninguna resistencia o viscosidad, y se llaman fluidos ideales.
La viscosidad se puede medir con un reómetro. En ausencia de este equipo, los ingenieros colocan una bola en un recipiente lleno con el líquido particular y dejan que la bola viaje por el líquido y miden el tiempo que tarda la bola en llegar al fondo del recipiente. La bola es lanzada en el líquido a diferentes velocidades, y un líquido de Newton adecuado mostrará la misma viscosidad incluso con diferentes velocidades. Si un líquido muestra diferentes viscosidades con velocidades cambiantes, entonces se conoce como engrosamiento por corte o adelgazamiento por corte. Comprender la viscosidad de los fluidos ayuda en la extracción y selección de fluidos para ser utilizados en equipos como los frenos de los automóviles.