Los nuevos propietarios de Chihuahua deben preparar sus hogares y rutinas antes de rescatar al perro y traerlo a casa. Esto ayuda a reducir el estrés y permite que el perro se asiente en su nuevo hogar más fácilmente.
Si hay otros perros que ya viven en el hogar, deben introducirse primero en un terreno neutral, como un parque tranquilo. Esto reduce las posibilidades de que surjan problemas territoriales y hace que una reunión exitosa sea más probable. Ambos perros deben estar atados, y caminar cerca uno del otro sin permitir que interactúen puede ayudarlos a relajarse.
A los perros les va bien con las rutinas establecidas, por lo que los propietarios de Chihuahua deben tratar de atenerse a ellos. Deben alimentar al perro a la misma hora todos los días y acostarse a la misma hora todas las noches. Hacer viajes al exterior con regularidad para alentar a los perros a aliviarse es una buena idea, ya que los chihuahuas de rescate pueden no estar siempre en casa.
Aunque es tentador presumir de un nuevo perro a amigos y familiares, los nuevos dueños deben tratar de limitar las interacciones con los miembros de la familia inmediata hasta que el perro tenga la oportunidad de establecerse. Los chihuahuas pueden estar nerviosos e intimidados por extraños, y exponerlos demasiado pronto puede llevar a una mordedura. Aunque los chihuahuas suelen ser perros falderos, también es una buena idea que los nuevos propietarios eviten forzar la atención del perro. En su lugar, deberían dejar que el perro se les acerque cuando esté listo.