Los jumanos eran reconocibles al instante, ya que habitualmente marcaban sus caras con barras o líneas horizontales. También se sabía que los hombres se cortaban el pelo y lo decoraban con pintura, pero dejaban un mechón largo al que se les pegaban plumas de aves.
Los escritos de los primeros exploradores españoles se refieren a los jumanos como personas "desnudas", pero esto no parecía ser la costumbre cuando los colonos europeos comenzaron a llegar a su territorio en el moderno Nuevo México y Texas. Llevaban ropa hecha de pieles bronceadas y probablemente usaban mocasines en sus pies. Las mujeres usarían túnicas cortas sin mangas con una falda corta o un delantal, y ambos sexos llevaban capas o capas en las inclemencias del tiempo. La práctica de la pintura facial y el tatuaje probablemente surgió como un identificador en el comercio entre tribus.
Las primeras revistas españolas también indican que los primeros exploradores fueron recibidos cordialmente por los jumanos, quienes compartieron su comida y celebraron las noches con música y baile. Principalmente cazaban bisontes en busca de alimento con arco y flecha, pero también tenían aldeas agrícolas que cultivaban maíz, calabaza y frijoles. Las nueces de piñón y el fruto de cactus también se incluyeron en su dieta. También se sabía que intercambiaban peyote, por lo que su uso puede haber sido habitual.