La imagen de Aristóteles de los cielos describía una serie de 55 esferas concéntricas compuestas por un elemento incorruptible llamado "éter". Estas esferas contenían el sol, la luna, los planetas, las estrellas y otros cuerpos celestes que rodeaban el Tierra esférica.
La visión de Aristóteles del universo se basaba en la idea de elementos. Creía en cuatro elementos terrestres: tierra, aire, fuego y agua. Las tendencias naturales de estos elementos dieron forma a la realidad del planeta Tierra. El elemento más pesado, la Tierra, se movió naturalmente hacia el centro del sistema, seguido del segundo más pesado, el agua. El aire, el tercer elemento más ligero, conformó la atmósfera seguida de una capa de fuego, el elemento más ligero.
Un quinto elemento, el éter, formaba las esferas que rodeaban la Tierra y los cuerpos celestes unidos a ellas. La esfera más cercana contenía la luna, mientras que la esfera más alejada contenía las estrellas. Fuera del sistema celeste, se encuentra la esfera del "Prime Mover", que se mueve a una velocidad angular constante, proporcionando movimiento a todo el sistema.
Aunque la ciencia moderna finalmente refutó el modelo geocéntrico del universo de Aristóteles, siguió siendo la imagen básica de los cielos desde el siglo III a. C. hasta el siglo XVI. y funcionó bien para los astrónomos que intentaban predecir el movimiento planetario y los eventos celestes. /p>