Las adaptaciones de las arañas incluyen redes adhesivas, veneno, movimientos rápidos y diversas adaptaciones anatómicas. Las adaptaciones específicas que ayudan a las arañas a sobrevivir dependen de la especie. Algunas arañas han desarrollado adaptaciones de coloración adicionales, como colores de advertencia o camuflaje, mientras que otras han desarrollado adaptaciones de comportamiento.
La mayoría de las arañas tejen telas pegajosas que utilizan para capturar insectos. Su veneno paraliza a la presa. El veneno de araña también funciona como una enzima digestiva, que disuelve el interior de la presa, permitiendo que las arañas beban los nutrientes. El veneno también puede actuar como conservante. En este caso, las arañas pueden envolver al insecto en su web para su almacenamiento y posterior consumo.
La anatomía de la araña permite adaptaciones de locomotoras. Debido a que sus ocho patas están compuestas por siete segmentos cada una, las arañas pueden moverse con rapidez y habilidad. Ciertas arañas, como la araña casera común, tienen adaptaciones especiales para sus patas traseras. Tienen de seis a diez cerdas en forma de peine que usan para arrojar su seda sobre su presa para envolver y preservar a sus víctimas.
Por otra parte, las arañas de tela de embudo, se han adaptado a las duras condiciones del desierto de Australia. En lugar de confiar en las redes para atrapar presas, atacan agresivamente a otros insectos. Las piernas fuertes y fuertes ayudan a esta adaptación, al igual que los pequeños pelos que crecen en sus piernas y cuerpos.
Algunas arañas, como las arañas de arena, han desarrollado colores de camuflaje para que se mezclen con su entorno. Otros, como la viuda negra, tienen una brillante coloración de advertencia, que asusta a otros organismos.