Entre los logros de Claude Monet, es mejor recordarlo como el Padre del Impresionismo, un movimiento artístico que rompió con la tradición clásica al capturar formas naturales con colores llamativos y pinceladas cortas. Su pintura de 1873 titulada Impresión, Sunrise fue una de las primeras obras de este tipo. Aunque algunos críticos de su época sentían que su estilo tenía una cualidad inacabada y no refinada, sin embargo, provocó una tendencia progresiva en el arte que continuó desarrollándose hasta la década de 1880.
Monet disfrutó de un mayor éxito hacia fines de la década de 1880 y hasta la década de 1890. Era conocido por viajar por Francia en busca de inspiración para sus pinturas, y estaba particularmente interesado en los efectos de la luz sobre los colores y las formas de sus temas. Sus pinturas en serie, que a menudo representaban la misma escena en diferentes momentos del día y en diferentes condiciones climáticas, fueron especialmente populares.
A pesar de su mala salud, sobre todo con las cataratas en sus ojos, Monet fue prolífico en su producción. Sus obras famosas incluyen Pajares, álamos y la Catedral de Rouen. Uno de sus temas favoritos era el estanque de lirios de agua en su propiedad en Giverny.
Los historiadores del arte moderno consideran que la contribución de Monet es profunda, lo que lo posiciona como un precursor del cubismo y otros estilos abstractos que representan una ruptura significativa de la tradición clásica establecida.