John B. La teoría del comportamiento de Watson explica todas las acciones humanas como respuestas a los estímulos. Su práctica de la ciencia del conductismo, que estudia lo que hace la gente y hace predicciones como resultado de esas observaciones, le mostró que el condicionamiento humano se debe a reacciones internas a los estímulos.
El acondicionamiento ambiental proviene de una variedad de fuentes, y las primeras tienden a provenir de aportaciones de los padres y otros cuidadores. Una de las palabras más comunes que escuchan los niños pequeños es "no", ya que comienzan a experimentar con acciones y palabras, aprendiendo de la reacción que son y no son apropiadas. Caminar hacia una estufa con la intención de jalar el mango de metal que se extiende desde la parte delantera generalmente conduce a una respuesta fuerte y negativa del adulto en la habitación. Si no, el agua hirviendo que está dentro de la olla conectada a esa manija proporciona otro poderoso estímulo ambiental, incluso más doloroso que las nalgadas que el adulto puede haber administrado.
Con el tiempo, las personas aprenden a actuar como resultado de este condicionamiento conductual, según Watson. Con la edad vienen decisiones cada vez más sofisticadas con las respuestas resultantes. A medida que las consecuencias se vuelven más y más duraderas, aquellos que aprendieron exitosamente las lecciones de condicionamiento experimentan niveles más altos de éxito.