La recurrencia de los juanetes después de la cirugía es poco probable, afirma el Dr. Neil M. Blitz en el Huffington Post. Sin embargo, las personas deben usar órtesis para corregir un dedo en martillo, evitar los tacones altos y elegir zapatos grandes suficiente para acomodar el pie adecuadamente para evitar la formación de un nuevo juanete, señala Hartford HealthCare Medical Group. La artritis, la enfermedad neuromuscular y la genética son otros factores que aumentan el riesgo de recurrencia del juanete.
La cirugía resuelve los problemas de juanetes para la mayoría de los pacientes, afirma Johns Hopkins Medicine. Durante el procedimiento, un cirujano corta el crecimiento óseo y, dependiendo de la gravedad de la afección, también puede realinear el hueso, así como los tendones y músculos asociados. En casos más complicados, el cirujano puede extirpar una articulación del dedo del pie severamente dañada, a menudo causada por la artritis, y reemplazarla por una articulación artificial. Una cirugía exitosa elimina o reduce el dolor en el pie y corrige cualquier deformidad del dedo del pie.
Después de la cirugía de juanetes, los pacientes también corren el riesgo de daño a los nervios, entumecimiento, rigidez e infección, según Johns Hopkins Medicine. Los pacientes deben ponerse en contacto con su médico si experimentan hinchazón de los pies o las piernas, fiebre, secreción de la incisión o aumento del dolor. Los pacientes deben esperar una visita de seguimiento dos semanas después de la cirugía para retirar cualquier punto de sutura. También deben esperar completar la terapia física para recuperar el rango completo de movimiento en sus pies. El médico también puede exigir que los pacientes usen un apósito o una abrazadera durante seis a ocho semanas después del procedimiento.