Los hornos de convección, a diferencia de los hornos convencionales más radiantes, cuentan con un ventilador para hacer circular el aire por todo el interior del horno, que cocina los alimentos más rápidamente. El aire en movimiento aumenta la velocidad a la que el calor penetra contenido del horno.
Los hornos de convección eliminan los puntos calientes, que son comunes en los hornos convencionales, lo que evita la cocción irregular. Esto es excelente para asar carnes, ya que la grasa se descompone rápidamente, sellando los jugos y volviendo la piel crujiente. Estos hornos también son excelentes para asar verduras, ya que sus azúcares se caramelizan rápidamente, dejando crujientes las partes externas y cremosas por dentro.
El ventilador en un horno de convección crea un ambiente ideal para asar granos y nueces, así como para hacer granola. También es eficaz para secar la carne seca y la fruta que se ha cortado en rodajas finas.
Las galletas y los panes, por otro lado, es mejor cocinarlos con calor radiante en un horno convencional, ya que el calor forzado tiende a secarse. Sin embargo, la mayoría de los hornos de convección están equipados con la opción de apagar el ventilador, lo que los convierte en un dispositivo de cocción versátil.
Usado durante mucho tiempo principalmente en cocinas comerciales, los hornos de convección comenzaron a funcionar con cocineros aficionados a principios de los años 2000. Las opciones para cocinas caseras incluyen hornos estándar con configuraciones de convección y pequeños hornos de convección de mostrador.