Los delirios son en su mayoría creencias falsas arraigadas en la mente que parecen reales, pero no lo son. Las alucinaciones son incidentes sensoriales que involucran escuchar o ver algo que no está basado en la realidad. Las personas con demencia o esquizofrenia son propensas a experimentar delirios o alucinaciones.
Una persona que experimenta delirios a menudo tiene fuertes creencias que pueden o no estar basadas en hechos. Por ejemplo, una persona puede creer con certeza que todas las personas con las que se encuentra la están espiando y se niegan a salir debido a los espías. Los delirios también pueden parecer ilógicos o extraños a los demás, incluso si se basan en una verdad objetiva.
Alternativamente, una persona que experimenta alucinaciones puede escuchar voces en su cabeza que hablan claramente y parecen reales, lo que puede llevar al individuo a actuar en respuesta a las voces. Por ejemplo, las personas que padecen enfermedades mentales a veces hacen cosas después de ser instruidas por una o más voces. Algunas personas alucinan visualmente y ven personas u objetos que parecen ser reales.
Los delirios y las alucinaciones suelen asustar a la persona que los padece, así como a los cuidadores y observadores ocasionales. Una forma adecuada de lidiar con alguien que tiene delirios o alucinaciones es validar con calma lo que está experimentando sin ser argumentativo.