Las perlas de agua dulce y salada difieren en términos de brillo, durabilidad, tamaño y forma de cultivo. Las perlas de agua dulce tienen un brillo más suave y menos brillante, mientras que las perlas de agua salada tienen un brillo brillante y superficial. Las perlas de agua dulce son generalmente más duraderas porque tienen un nácar mucho más grueso que las perlas de agua salada.
La pieza de núcleo insertada en las perlas de agua dulce es pequeña, y esto hace que la pieza de perla resultante esté casi completamente hecha de nácar. Por lo general, se requieren de cuatro a seis años para que crezcan las perlas de agua dulce, mientras que las de agua salada requieren de seis a 18 meses para crecer. Estas son las razones por las que las perlas de agua salada tienen un revestimiento de nácar más delgado y son más pequeñas en tamaño. Las perlas de agua dulce crecen en una variedad de formas, a diferencia de las perlas de agua salada que son redondas.
