La complejidad cognitiva es la característica o variable psicológica que muestra cuán complejo o simple es el marco y la habilidad perceptiva de una persona. Es la medida en que una persona diferencia e integra un evento. Una persona que mide mucho sobre la complejidad cognitiva tiende a observar gradaciones y diferencias sutiles, mientras que las personas con una estructura cognitiva menos compleja para la tarea no lo hacen.
La complejidad cognitiva también puede referirse al número de estructuras mentales que usa un individuo, a qué tan abstractos son y cómo interactúan para moldear su discernimiento o una variable de diferencia individual vinculada con una amplia gama de habilidades de comunicación y habilidades asociadas. >
Los individuos con alta complejidad cognitiva tienen la capacidad de analizar una situación para discernir los diversos elementos constituyentes y explorar las conexiones y las posibles relaciones entre los elementos. Estos individuos piensan de manera multidimensional. El supuesto de la teoría de la complejidad es que cuanto más se pueda diferenciar un evento y considerar partes en relaciones novedosas, más sofisticada será la respuesta y exitosa la solución. Mientras que los individuos menos complejos pueden ser entrenados para entender un complicado conjunto de diferenciaciones detalladas para un contexto específico, los individuos altamente complejos son muy flexibles para crear distinciones en nuevas situaciones.
Los individuos con alta complejidad cognitiva están abiertos a nueva información, atraídos por otros individuos de alta complejidad, alta flexibilidad, socialmente influyentes, solucionadores de problemas, planificadores estratégicos, altamente creativos, comunicadores efectivos y generalmente buenos líderes.