¿Cuál es el significado subyacente de la parábola del buen samaritano?

Dos de las interpretaciones más comunes de La parábola del buen samaritano giran en torno al papel que desempeña el samaritano en la historia. En la interpretación más literal, el samaritano es un hombre que ama a su prójimo como a sí mismo, independientemente de su raza, etnia o religión. En la otra interpretación, más alegórica, el samaritano es Jesús, que viene a salvar a la humanidad después de la caída de la gracia de Adán, y que se va pero regresará.

La parábola es la respuesta de Jesús a la pregunta de un abogado: "¿Quién es mi prójimo?" En su respuesta, Jesús expone el mandamiento de amar al prójimo. En la interpretación metafórica, Jerusalén y Jericó, los puntos finales del camino a recorrer, son el paraíso y la tierra. El hombre que viaja por el camino es Adán, o la humanidad, que es atacada por ladrones o Satanás. El hombre queda desnudo y solo, como expulsado del Jardín del Edén.

El sacerdote y el levita son la ley. El samaritano es Jesús, que viene en ayuda del hombre, lo sana y lo lleva a la posada, que es la iglesia. Allí, Jesús, que debe irse, le pide al posadero que cuide del hombre, luego promete regresar.

Puede argumentar que Jesús no se enfocará en sí mismo. La interpretación más literal de la parábola se basa en el conocimiento de que los samaritanos y los judíos eran enemigos jurados. El hombre herido, desnudo e inconsciente, podría ser un judío o un samaritano.

Un sacerdote y luego un levita, ambos judíos, ven al hombre y, en lugar de detenerse y ayudar, cruzan el camino para pasarlo. El samaritano, al ver a un hombre necesitado, se detiene para ayudar, dando ayuda y refugio al hombre herido. Al hacerlo, muestra el tipo de amor que Jesús está exhortando a todos a dar a los demás.