Las personas establecen objetivos espirituales para conectarse a algo que se considera más importante que el individuo y para satisfacer necesidades sociales, emocionales y mentales específicas. Según Psychology Today, las personas con objetivos espirituales son más felices y experimente mayores sentimientos de bienestar que aquellos sin un estilo de vida espiritual.
Establecer metas espirituales no requiere asistir a servicios religiosos formales. Las metas espirituales a menudo se determinan al examinar un código moral o ético personal y hacer cambios para mejorar ese código. Por ejemplo, establecer el objetivo de retribuir a la comunidad se logra como voluntario en organizaciones benéficas locales u organizaciones sin fines de lucro. Los objetivos espirituales permiten a las personas identificar sus creencias personales y determinar si los objetivos actuales coinciden con esas creencias.
De acuerdo con la Psicología Educativa Interactiva, las metas espirituales son herramientas que ayudan a las personas a alcanzar la realización personal y la trascendencia basadas en la jerarquía de las necesidades humanas de Maslow. La jerarquía de las necesidades humanas enumera las necesidades fisiológicas como las más importantes, seguidas de la seguridad, la aceptación y la pertenencia. Los objetivos espirituales ayudan a las personas a satisfacer varias de estas necesidades básicas al proporcionar una red social y un sentido de pertenencia dentro de la comunidad.
Por ejemplo, asistir a servicios religiosos permite que las personas se sientan aceptadas entre sus compañeros. Basada en la pirámide de las necesidades humanas de Maslow, la autotranscendencia se puede lograr conectándose a algo más grande que el yo. Conectarse a algo más grande que el yo se logra al aceptar una personalidad divina o al darse cuenta de la importancia de cuidar a los demás en el mundo. Tanto la religión como el voluntariado son métodos de conexión con algo más grande que el yo que también le dan sentido y propósito a la vida.