El exterior de una casa solo debería necesitar repintarse cada 15 años siempre que se hayan utilizado materiales de calidad para el trabajo de pintura original y que la preparación y la aplicación se hayan realizado correctamente.
La preparación es esencial para un buen trabajo de pintura de larga duración. Antes de volver a pintar, la pintura vieja, la suciedad, la grasa, el material vegetal y otros residuos deben eliminarse de la superficie para permitir que la pintura nueva se adhiera directamente a la casa, y para garantizar un acabado uniforme y uniforme. El clima es un factor importante para pintar afuera. La pintura debe hacerse en condiciones de clima seco y suave; la temperatura que es demasiado alta o baja puede interferir con la integridad del trabajo de pintura.