Un tambor emite sonidos debido a las vibraciones del material estirado en su cuerpo hueco. Cuando un palo, mazo o mano golpea este material de superficie, comienza a vibrar hacia arriba y hacia abajo. La vibración mueve el aire, creando ondas de sonido.
El sonido que sale de un tambor se ve afectado por su forma. Si el tambor es grande, el sonido tendrá un tono más bajo. Esto se debe a que el material en la parte superior del tambor tardará más en moverse hacia arriba cuando se golpea. La vibración más lenta provoca un tono más bajo. Por el contrario, un tambor con un cuerpo pequeño tendrá un tono más alto.
De la misma manera, el material que cubre el tambor afecta la calidad del sonido. Si el material se estira más apretado en el tambor, vibrará más y producirá un sonido más alto. Si el material se estira sin apretar, el sonido será más bajo.
Finalmente, el sonido del tambor se ve afectado por la forma en que se toca el tambor. Si se golpea con una mano abierta o un palo de madera, hace un ruido agudo al instante, seguido de un sonido vibrante. Si es golpeado por un mazo acolchado, el tambor hará el ruido de vibración todo el tiempo.
Los tambores son uno de los instrumentos más antiguos conocidos por los humanos. Se requiere poco para construir un tambor, lo que hace que las civilizaciones antiguas lo puedan crear y utilizar de manera excepcional.
Un conjunto de batería estándar incluye un tambor más pequeño, llamado caja, que produce un sonido fuerte y agudo, así como una pieza grande, llamada tambor de bajo, que produce un sonido profundo y bajo.