Un violín produce un sonido a través de la vibración de sus cuerdas, que ocurre cuando el jugador dibuja el arco sobre las cuerdas y las pone en movimiento. Desde allí, el puente del violín transmite esas vibraciones a La parte posterior y la placa frontal del instrumento hacen que todo el cuerpo del violín sirva como cámara de resonancia y amplifique el sonido producido.
Los componentes del violín están diseñados cuidadosamente para transmitir ondas de sonido que se encuentran en el corazón del rango auditivo humano. El puente se conecta a dos estructuras dentro del violín: el poste de sonido y la barra de bajos. El poste de sonido recorre todo el instrumento y transmite notas agudas a la placa trasera relativamente rígida del violín. La publicación de bajos ayuda a transmitir las notas de bajos a la placa frontal más flexible, lo que le permite amplificar las frecuencias más bajas cuando se reproducen.
Para producir una nota, el jugador primero usa la mano libre para restringir la longitud de las cuerdas que vibran. Al sujetar las cuerdas al cuello en varios lugares, puede ajustar la nota producida por cualquier cuerda. Luego, el jugador dibuja el arco a través de la cuerda o cuerdas, alterando la velocidad y la fuerza para ajustar el volumen y las características de las notas. A partir de ahí, la construcción del violín se hace cargo, amplificando y dando forma al sonido para el público.