Centrifuga productos sanguíneos separados al generar fuerzas que hacen que los elementos más densos se muevan hacia el fondo del tubo de ensayo y que los menos densos se muevan hacia la parte superior. Debido a que los glóbulos rojos son pesados, Es fácil separarlos de otros componentes. Sin embargo, existen técnicas que los trabajadores de laboratorio pueden utilizar para hacer que el proceso sea más fácil.
La mayoría de los laboratorios de biología cuentan con centrifugadoras que funcionan con un ángulo fijo o un rotor horizontal. Esto hace que los materiales golpeen el lado del tubo, antes de moverse a sus respectivas posiciones. En un entorno de laboratorio, el técnico del laboratorio coloca la sangre en un tubo de ensayo, que luego ingresa a la centrifugadora a una velocidad de alrededor de 600 g.
Aunque 600 g es una baja velocidad de centrifugación, el componente de hemoglobina de los glóbulos rojos hace que se muevan al fondo en 10 minutos. Después de centrifugar la sangre, los técnicos de laboratorio deben usarla inmediatamente o deben colocarla en hielo para evitar que los productos se mezclen. Además, es importante evitar el calentamiento de los productos con las manos, lo que significa que su manipulación es esencial. Al pasar la sangre a través de varios pasos de centrifugación, es necesario colocar una marca en el tubo para indicar dónde comienza la sangre y el plasma, para mayor precisión al final de la prueba.