La apariencia del sol varía según el área de examen: desde lejos, el sol aparece como un globo grande y brillante rodeado de campos de vapores crecientes. Sin embargo, tras una inspección más cercana, el sol se parece mucho a la superficie de la luna. Contiene un terreno accidentado y profundos hoyos en forma de cráter, y está rodeado por una capa de plasma licuado.
La capa más externa del sol es la fotosfera: esta capa está compuesta por un plasma espeso, similar a un líquido, que cubre el suelo duro de la superficie real del sol. La capa visible del sol está compuesta por filamentos penumbrales, que crean una apariencia rocosa y desigual.