Aunque no suele ser agresivo a menos que esté enfermo o acorralado, un mapache es capaz de defenderse con sus dientes afilados y sus garras. Se sabe que las picaduras de mapaches causan fracturas en los huesos de los animales pequeños. Una mordedura también tiene el potencial de transmitir enfermedades.
Las garras no retráctiles de los mapaches son ideales para ayudarles a trepar a los árboles. Sin embargo, estas garras hacen armas formidables cuando surge la necesidad.
Como son omnívoros, los mapaches tienen dientes frontales extremadamente afilados para desgarrar la carne.
Por su tamaño, el mapache es un animal relativamente fuerte con patas traseras largas y poderosas que le permiten saltar hacia una persona u otro animal.
Si un mapache muerde o araña a una persona o la mascota de alguien, es necesario visitar el hospital o la clínica veterinaria lo antes posible; algunos mapaches son portadores de la rabia, que cuando no se trata suele ser mortal en humanos y otros animales.
Los expertos en vida silvestre aconsejan a las personas que eviten recoger o arrinconar mapaches. Sugieren que si alguien ve que un mapache se está comportando de manera extraña o agresiva, llame al departamento local de control de animales o, si es después del horario comercial, llame a la policía. Los expertos advierten sobre el intento de atrapar o capturar a un mapache sin la ayuda de un especialista, ya que es probable que provoque al animal y aumente las posibilidades de lesiones.