Los caracoles viajan a una velocidad de un metro por hora. Las investigaciones indican que los caracoles se mueven lo suficientemente rápido para cubrir el área de un jardín promedio del Reino Unido en una noche.
Los caracoles prefieren viajar en la "corriente de deslizamiento", o rastro viscoso, dejado por otros caracoles. Los caracoles utilizan el 40 por ciento de su energía para producir limo, lo que reduce la fricción y los protege contra las lesiones causadas por objetos afilados. Seguir un rastro de limo que ha sido dejado por otro caracol ayuda a conservar energía. Los caracoles se mueven creando ondas de contracciones en el centro de su pie muscular, que está cubierto por células llamadas cilios epiteliales.