La piel gruesa de la tortuga marina baula actúa como una armadura natural y es un valioso mecanismo de defensa. Sin embargo, el gran tamaño de las tortugas también es un impedimento para muchos depredadores, al igual que su capacidad para nadar rápidamente lejos del peligro.
Se considera que la tortuga baula es una especie en peligro de extinción; su número comenzó a disminuir en los años ochenta. Sus depredadores que viven en el mar son los tiburones y las ballenas asesinas. Sin embargo, los humanos son la mayor amenaza para estas tortugas. La caza furtiva, los aparejos de pesca y la basura amenazan la vida de las baulas, especialmente cuando están en tierra y se mueven más lentamente. Por ejemplo, son fácilmente atrapados en redes; incapaces de liberarse, finalmente se mueren de hambre.