Pequeñas proyecciones similares a pelos, llamadas cilios, se alinean en la garganta y la nariz. Los cilios capturan la suciedad y filtran los productos químicos antes de que lleguen a los pulmones y los transportan de vuelta a la boca, la nariz o el tracto digestivo. Para ser expulsado del cuerpo.
Si los cilios no funcionan correctamente, se acumula moco en la garganta y las fosas nasales y los químicos dañinos pueden llegar a los pulmones. Fumar daña a los cilios y les impide realizar las acciones necesarias para filtrar el aire que ingresa a los pulmones. La tos provocada por los fumadores se debe a que el cuerpo intenta expulsar los residuos que los cilios ya no pueden barrer. Fumar de forma continua puede matar a los cilios y privar a los pulmones de un filtro esencial que los mantiene funcionando de la mejor manera posible.