Los conejos tienen muchas habilidades de adaptación diferentes que les permiten adaptarse bien a su entorno. Las orejas largas de los conejos tienen una forma externa única llamada pinna, que les permite detectar sonidos débiles de manera directa y precisa. Sus ojos están colocados en lo alto de los lados de su cabeza y su cuello flexible les permite ver a casi 360 grados, lo que les facilita la detección de depredadores.
Aparte de sus orejas largas y su mayor campo de visión, el pelaje de los conejos cambia de color según el clima y su ubicación geográfica. La mayoría de los conejos pueden mudar y cambiar el color de su pelaje según la temporada. Los conejos árticos tienen un pelaje blanco como la nieve para mezclarse con el fondo blanco del invierno y cambiar su color de pelaje a un marrón rojizo en otoño. Los conejos europeos se mezclan con el color del suelo también.
Las patas fuertes y flexibles de los conejos les permiten correr hasta 16 metros por segundo y cambiar de dirección rápidamente. También se reproducen relativamente rápido y son capaces de reproducirse durante todo el año. Un conejo hembra puede producir de cuatro a ocho crías a la vez. La velocidad de reproducción rápida del conejo se considera una ventaja para la especie porque permite que la descendencia evolucione más rápido que cualquier otra especie.