Ser un buen ciudadano significa ser honesto, respetar la propiedad de los demás, no infringir la ley y estar informado sobre lo que está sucediendo en el mundo. Un buen ciudadano asume la responsabilidad de sus acciones y sigue las leyes de la tierra.
Los buenos ciudadanos ayudan a aquellos que no pueden ayudarse a sí mismos y tienen compasión por otras personas.
La buena ciudadanía significa ser voluntario y hacer el bien en la comunidad. Un ciudadano responsable cuida el medio ambiente y las personas que lo rodean.
Ser un ciudadano contribuyente también significa ser respetuoso con las creencias y sentimientos de los demás. Los ciudadanos responsables no discriminan a otro ser humano, independientemente de su sexo, raza, religión, orientación sexual o situación financiera. Son respetuosos de los derechos de cada individuo.
El buen ciudadano obedece la ley y se mantiene fuera de problemas. Se dedica a hacer del mundo un lugar mejor y mantener la paz, lo que incluye seguir las reglas y regulaciones vigentes con el propósito de seguridad y bienestar.
Un miembro contribuyente de una comunidad toma la iniciativa de ser responsable de aprender sobre la historia de su país, aprender sobre los líderes presentes y pasados y estudiar cómo puede mejorar la sociedad, la tierra y las personas que lo rodean. >