Una de las maneras en que los chinos predicen el género de un bebé es usar un calendario basado en la luna que usa la edad de la madre en la concepción junto con el mes de la concepción para hacer una predicción. Este método supuestamente se basa en técnicas chinas antiguas.
Las personas que creen en la eficacia de la tabla de género china afirman que ha estado en uso por más de 700 años y tiene una tasa de precisión de más del 90 por ciento. Según la leyenda, el gráfico se formó utilizando el I Ching, que es una antigua herramienta de adivinación religiosa china. Las edades se calculan en función de los ciclos lunares, por lo que la edad lunar de la madre puede no ser la misma que su edad legal.
Algunas supersticiones tradicionales también afirman que la madre puede afectar el género del bebé al alterar su dieta en la semana anterior a la concepción. Según esta superstición, comer zanahorias, lechuga, champiñones y tofu ayuda a las mujeres a concebir niños. Comer pepinillos, carne y pescado ayuda a las mujeres a concebir a las niñas.
Las supersticiones chinas, como muchas otras en el mundo, proponen que la madre determine el género del bebé. Sin embargo, en realidad, los cromosomas proporcionados por el esperma determinan el género. Muchos chinos modernos con acceso a la atención médica usan ultrasonidos para predecir el sexo de un bebé antes de nacer, al igual que las personas en otros países.