¿Cómo juegas un juego de espíritu acuñado?

El juego de espíritus acuñado es muy parecido a usar un tablero ouija o "hablar" para comunicarse con espíritus invisibles. Para jugar, debes crear tu propio tablero de juego dibujando el alfabeto, los números y algunas palabras útiles en un papel. Una vez que haya trazado su tablero de juego, decida una pregunta y, con la ayuda de uno o más amigos, coloque los dedos sobre la moneda en el centro del papel. Pregunte si hay algún espíritu presente y vea si la moneda se mueve.

  1. Dibuje el tablero

    El alfabeto se dibuja en una superposición de "A" a "N" a lo largo de la parte superior de una hoja de papel. Las letras restantes se dibujan en un arco bajo a lo largo de la parte inferior para que las letras creen un óvalo dentro de los bordes del papel. Luego dibuja los números del 0 al 9 en una fila a través del centro del óvalo. En las esquinas, puede agregar las palabras "sí", "no", "hola" y "adiós". Una vez hecho esto, es posible que desee pegar el papel a una mesa para que no se deslice.

  2. Establezca el estado de ánimo

    Reúna a dos o más personas para jugar el juego. Espera hasta la noche, y enciende velas para crear ambiente. Siéntate frente a frente alrededor de una mesa con el papel en el medio. Cada persona debe colocar un dedo de cada mano sobre la moneda ligeramente. Mueva la moneda alrededor del tablero un poco para ver si hay obstrucciones. Debe deslizarse fácilmente. Elija a una persona para formular formalmente las preguntas sobre el espíritu.

  3. Plantea una pregunta

    Cuando todos están listos, el interrogador plantea una pregunta a un cierto espíritu. La moneda debe moverse alrededor del papel y aterrizar en diferentes respuestas. Es útil tener una persona adicional presente para anotar las respuestas, especialmente si el espíritu comienza a deletrear las cosas con letras. No se tome el juego demasiado en serio, ya que no está científicamente comprobado que realmente funcione. Sin embargo, se advierte que este "juego" nunca debe jugarse solo ya que se sabe que esa práctica conduce a obsesiones malsanas.