El legado de William Shakespeare ha tenido un gran alcance dentro de la sociedad moderna, su trabajo ha allanado el camino para una mayor apertura sexual e igualdad racial, así como para influir en los campos de la psicología, la sociología y la política. Por ejemplo, un dispositivo narrativo común empleado por Shakespeare en sus obras fue el soliloquio, que involucraba a los personajes que hablaban en voz alta sus pensamientos y sentimientos internos. Esto fue mucho antes de, y quizás influyente para, terapeutas psicoanalíticos y teóricos como Sigmund Freud.
Los personajes fuertes y conocidos de Shakespeare también le han dado a la sociedad moderna un tipo de taquigrafía para comprender varios tipos de personalidad. Una persona que vacila, por ejemplo, puede ser entendida como comparable a Hamlet; una mujer que muestra una ambición feroz o determinada a menudo se concibe como un análogo a Lady Macbeth.
En cuanto a la promoción de los derechos civiles, Shakespeare ha sido citado como inspiración por el destacado activista afroamericano Paul Robeson, con referencia específica a "Othello". El héroe trágico de esta obra es fuerte y africano, además de estar involucrado en una relación interracial amorosa y generalmente aceptada.
El trabajo de Shakespeare también se adelantó a su época en virtud de su actitud abierta hacia el sexo. Los ejemplos incluyen "Sonnet 137", que trata sobre la masturbación, y "The Winter's Tale", que contiene una referencia a un juguete sexual.